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baño, Belice, desamor, desencuentro, Discusión, encerrado, grito, La noche eterna-Los días no vividos, Love of lesbian, Música, pena, rabia, refugiado, refugio, tristeza
Llevaba en el baño varios minutos, ahora se miraba al espejo, había estado sentado en la taza con los pantalones bajados como si estuviese orinando, pero no lo había hecho, era casi una forma inconsciente para dar más realismo al motivo de estar en el aseo, pero después de varios minutos con la mirada perdida al frente, con los pensamientos abstraídos, pensando sin pensar, se preguntó en voz alta qué hacía, porqué estaba ahí encerrado fingiendo que tenía ganas de miccionar y por tanto sin echar una gota, -miccionar, esa palabra cursi siempre le hizo gracia, y esbozó una sonrisa, una mueca incongruente con su estado-. Casi se le saltaban las lágrimas, apretaba los dientes tensando toda la mandíbula, casi hasta hacerse daño. Rabia, era rabia lo que sentía en ese momento, y tristeza, se sentía muy triste.
Una vuelta de tuerca, un nuevo desencuentro, un alzar la voz, y decir cosas sin pararse a pensarlas, sin reflexionarlas. Había vuelto a pasar, su verbo brotó sin medida, había sucedido de nuevo, le había sacado de sus casillas, y sabía que esto le iba a pasar factura, los nervios se le cogerían a la tripa y estaría con dolores y malestar al regreso, ya casi esos nervios le tenían atenazado el estómago. No quería salir, pero no había otra opción, no podía volatilizarse de aquel lugar, de aquella situación, y que nada hubiese pasado, un salto en el tiempo de hace unas horas anteriores a unas horas posteriores. Y que lo pasado no hubiese existido, como un agujero en espacio-tiempo.
Últimamente los enfrentamientos eran más habituales, demasiado habituales diría, choques por todo, por lo más nimio, por lo más absurdo. Ahora, frente al espejo, en aquel lugar que olía a humedad, con paredes llenas de garabatos, se contemplaba perplejo. Sentirse como un niño que se encierra en el baño, no le gustaba, era adulto para afrontar los problemas, sin rehuirlos. Pero no era así, aunque más que huir de ellos, solo evitaba afrontarlos, mirarlos a los ojos, simplemente lo intentaba dejar estar, ahí aparcado a un lado como si ello solo se pudiese solucionar, como si el tiempo hiciese lo que él no se atrevía a solventar, a poner fin al asunto incómodo que día tras día iba creciendo como monstruo amenazante, como pesadilla en noche oscura y tormentosa. Todo se había acentuado últimamente, y la desgana de compartir se había instalado en él. Se dejaba llevar por la inercia de estar, por la rutina, por el miedo a la ruptura, miedo a empezar de nuevo, de cero, sin mochila, sin carga, salvo la de los recuerdos, los rencores y desprecios, que de esos iba a ser difícil desprenderse, si es que alguna vez optaba por ello, si se decidía a no arruinar más tiempo su vida, si quería aprovechar el tiempo que aún tenía. Cada día que dejaba pasar se daba cuenta que era un día perdido, un día errado en su búsqueda de felicidad.
. *Como en un búnker a salvo se siente en el baño y no quisiera salir, y se querría evaporar como en la canción de Love of Lesbian, para desaparecer y huir, pero a él también le falta valor.
«Belice«
. **NA: Publicado originalmente el 17 de Junio de 2013). Hoy recibe una segunda oportunidad.
Nergal dijo:
Con independencia de la maestría del relato, por la descripción creo que nuestro protagonista está sentado en un baño publico. Para eso sí que hay echarle valor.
Los días se pierden cuando no se hace nada por aprovecharlos, aunque sólo sea mingitar y/o defecar en ellos.
Un abrazo
albertodieguez dijo:
Sí, en general los baños públicos no son muy recomendables para sentarse en ellos, pero hay estados anímicos que nos enajenan y damos menos importancia a ciertas cosas 🙂
Un abrazo.
Dessjuest dijo:
Yo siempre digo «mingir», que está mal dicho, lo sé, pero el idioma es así, también se dice «fingir» y no «ficcionar», es por tocar los huevos na más.
albertodieguez dijo:
«Mingir» debe ser algo así como hacer que meas pero sin hacerlo, «fingir la micción», 🙂 como el protagonista… ja, ja
Una cabeza sembrada dijo:
Sí que le tiene que dar miedo afrontar la realidad, sí, para estar sentado tanto tiempo en un baño público…dejando pasar otro día más en búsqueda de la felicidad.
Un abrazo
albertodieguez dijo:
Si es un poco «cagón», je, nunca mejor dicho por el lugar elegido… 🙂
Un abrazo.
Karmel dijo:
Ahora comprendo a esas amigas, casadas, emparejadas, que no comprenden porque sus parejas se pasan tantísimo tiempo encerrados en el baño. Los pobrecitos van a reflexionar sobre como solucionar sus problemas….
Muy bueno Alberto, con esa parte cómica dentro del «bunquer».jajaja.
Un abrazo
albertodieguez dijo:
Gracias Karmel.
Es un buen refugio. 🙂
Un abrazo.
Liacice dijo:
Cada uno se busca sus refugios y sus tretas. Las de «hacer como qué» en el baño, en la ducha, en la cama, … son muy socorridas. Tu protagonista se lo monta como puede en ese agujero de espacio-tiempo. Todos huímos a veces de las catastrofes cotidianas, de los gritos, de los insultos,… sin importarnos la salubridad del lugar, lo oscuro y/o abyecto del sitio proque más negro es nuestro padecer. Me encanta tu forma de contar tanto en tan poco y de ser capaz de evocarnos recuerdos. y el apoyo de «Love f Lesbian» ha sido redondo. Un lío besucón
albertodieguez dijo:
Efectivamente, el que más o el que menos se ha aislado en algún lugar, en unos más agradables, en otros más desagradables, pero todos ellos válidos para ocultar nuestra rabia e insatisfacción por alguna situación, y no conveniente exteriorizar.
Besos.!
Ana azul dijo:
Se encierra en el baño porque es el sitio mas escondido donde puede estar. Porque no puede esconderse de sí mismo. Sólo quiere huir y así no lo conseguirá.
Ana.
albertodieguez dijo:
Tienes razón Ana, así no conseguirá cambiar las cosas, pero ese es el lugar más escondido y casi el más idóneo, para él, encerrado con su propia «suciedad» mental.
Un saludo
bypils dijo:
Me ha parecido muy triste…Esa es la sensación dominante.
Además, se intuye que seguirá escondiéndose. Huyendo de su vida , aunque sea hacia un lavabo.(No sé por qué yo no lo he asumido como «baño público». Me lo imaginaba en una casa -la suya, la del otro/a- tras una pelea y preparándose para salir de su refugio y enfrentarse a la realidad , de nuevo.)
El título es genial!
Abrazos.
albertodieguez dijo:
Gracias By, me alegra que te haya parecido triste, era mi intención trasladar esa tristeza y según me dices lo conseguí.
La imagen del baño como bien dices puede ser cualquiera, el de su casa si no es de los dos, el de la pareja si aún no conviven, el de los padres o suegros o amigos, el de la consulta del pediatra… cualquiera puede ser y será un refugio para una persona como la del relato, eterno exiliado de la felicidad.
Besos.
margamv dijo:
Me sentí identificada con el personaje, pude ponerle cara, pude ver el baño, puse sentirlo y conectar con él. Excelente relato, como siempre.
albertodieguez dijo:
Gracias Marga.
Me alegra haber conseguido que visualizases la situación del relato.:-)
Un beso.
MarinaFreesoul dijo:
Muy bueno! Y me encanta esa canción.
Consigues que imaginemos la enajenación de ese hombre pensando en sus días perdidos, mirando al aluminio para poder verse reflejado…
«Los días no vividos», también de Love of Lesbian.
No hay que conformarse, no hay que tener miedo.
Un abrazo y enhorabuena =)
albertodieguez dijo:
Gracias Marina.
Un abrazo.
Elena dijo:
«Un día errado…» Se podría escribir una novela sólo partiendo de esas palabras…
La burbuja es necesaria para reflexionar, no? Y tanto vale un baño como otra cualquiera.
Besos.
albertodieguez dijo:
Muy de acuerdo, aislarse es muy necesario para ordenar los pensamientos.
Besos.
Triste Sina dijo:
¡Dónde he venido yo a parar! ¡Qué bueno que es!
albertodieguez dijo:
Gracias!! 🙂