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Albanta, amor, Aute, Autorretratos, Gestos, Habla, hijo, Luis Eduardo Aute, Música, mirada, padre
Gestos. Ha aprendido muchos gestos, es una esponja, cada uno de los míos los asume y después los utiliza, hay otros que no sé muy bien dónde los vio o de quién los sacó, supongo que en la escuela, pero le sirven y me sirven a mí para saber y entender lo que quiere. Dice el libro que primero fue el verbo; completamente en desacuerdo, yo digo que primero fue el gesto, aunque incluso en eso no estoy del todo de acuerdo conmigo mismo, lo primero fue la mirada. Una mirada intensa, profunda, escrutadora. Una mirada atenta, de constante interrogante, con afán de entender; todo eso en sus pupilas desde el inicio, y más después cuando su mirada se hizo instigadora como forma de comunicarse. Esa mirada que a veces se queda perdida en algo o en nada, y otras se queda fija en uno, como analizándote, una mirada inteligente siempre y desafiante a veces. En esa evolución suya de aprendizaje constante, el gesto se abre paso con fuerza, él ha entendido que es más eficaz que sólo la mirada. El gesto de indicar y señalar se le muestra como el avance necesario para conseguir lo que desea, que sólo con la mirada no conseguía. A veces se impacienta porque no acierto con lo señalado, entonces niega con la cabeza y repite y repite sus gestos hasta hacer que lo entienda, pero pronto se ha dado cuenta de que el gesto no es suficiente puesto que ese marcar en la distancia no es certero para el entendimiento de los de su alrededor, y tiene que negar demasiadas veces contrariado con el fallo de los otros en su no saber identificar correctamente su intención, hasta que con su insistencia unas veces puede conseguir su empeño y otras quedarse con la frustración, -primeras de las que aprender de tantas otras que se le avecinan en su transitar vital-. Ahora, para ser más certero en la consecución de sus objetivos por parte de los otros, al gesto va uniendo sonidos y habla, teñido de mis onomatopeyas, que me hacen sonreír; un parloteo confuso e ininteligible para mí, breve y conciso en ocasiones y otras como charla disertadora en lengua clara para él, con la que intenta trasmitir y reforzar lo que desea o lo que quiere contar, y yo voy dilucidando poco a poco esas palabras que para él sólo la componen el final o el principio de las mismas, e interpretarlas y entenderlas después a fuerza de su repetición tenaz, y llenarme de felicidad cuando consigo comprender ese primer idioma suyo y así fuera del abrazo, los besos y el tacto indispensables para ambos, entablar una comunicación racional que nos ayuda a entendernos más y mejor; abriéndose camino la emoción con ahogo en el pecho y humedad en los ojos. Y en esa lengua suya, le escucho y me sonrío cuando le veo que nadie más que él es el destinatario de su discurso, y pienso que tiene otro mundo aparte del que entra y sale cuando nosotros estamos perdidos en este mundo que nos lleva; y entonces se gira y me regala sin yo pedírsela, su enorme y bella sonrisa que desarma, que me eriza la piel y hace brillar mis ojos, es entonces que todo se vuelve ternura y amor, y no puedo por más que ir a achucharlo y tomarlo entre mis brazos de los que él se intenta zafar, aún con su sonrisa.
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. *Aute canta sobre ese sitio en el que todos alguna vez estuvimos, y que sin duda él con su bella sonrisa transita ahora, y durante unos años seguirá haciéndolo felizmente.
«Albanta«
. **NA: Publicado originalmente el 3 de Julio de 2015. Hoy recibe una segunda oportunidad.
. ***Al hijo.
Me gusto mucho el post!! Si alguna vez quisieras visitar mi blog aquí te dejo el link 🙂 https://deliriousarchives.wordpress.com
Hola May.
Me alegra que te haya gustado.
En cuanto tenga un rato me paso por tu casa.
Un saludo.
Con esta entrada, me has dejado dibujada una sonrisa y hasta un brillo en los ojos, Alberto.
Feliz fin de semana y un abrazo grande.
Hola María.
Me alegra haber conseguido transmitir emoción con el relato y poner esa sonrisa y ese brillo en tus ojos.
Feliz Jueves.
Besos.
Las palabras varían de nación a nación. Incluso varían en la misma, según la intención que queramos entender. Pero las miradas son universales. Un besote!!!!
Hola Alter.
Sin duda, la mirada tiene una voz propia compartida por todos. 🙂
Besos!
¡Qué buena mirada, Alberto! Has descrito con precisión a todos aquellos que hemos pasado por esas circunstancias. Me gustó mucho el tono, especialmente esa duda que pones al principio («digo que primero fue el gesto, aunque no estoy muy seguro de esto tampoco» (parafraseando). Ésa duda es genial porque le da un toque muy humano a quien está hablando. Me gustó muchísimo.
Un abrazo.
Gracias Borgeano, por tu mirada tan limpia hacia uno que tanto duda. 🙂
Un abrazo.
Me ha llenado de ternura tu entrada. De ternura y recuerdos maravillosos. ¡Qué bien descrita esa evolución!
Gracias, Alberto.
Gracias Cándido.
Me alegra que te gustase.
Un abrazo.
Bellísimo!!! Gracias por compartirnos esta hermosura! Besotes!
Gracias a ti Taína por venir a leerlo. 🙂
Besos.
Esa mirada ha sacado toda tu ternura, excelente.
Un abrazo
Gracias Malque.
En estos casos es inevitable que aflore la ternura…
Besos.
Qué bien descrito y qué bonito.
Un abrazo.
Gracias Macondo!
Un abrazo.
Pues ahora mi gesto es un beso al aire… de esos que van primero en la mano. Precioso post.
Gracias Mar.
Va de vuelta otro beso soplado.