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Archivos de etiqueta: Desafecto Social

Obediencia

06 Viernes Dic 2019

Posted by albertodieguez in Música, Reflexiones, Relato

≈ 23 comentarios

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Ética, Conformismo, desafecto, Desafecto Social, El baile de los muertos, El juego de la muerte, La noche temática, Moral, Obediencia, Orden, Ordenes, pareja, Rebeldia, Ruptura, Santacruz, Supersubmarina, voluntad

Saber que era uno de esos pocos rebeldes me hizo verle con cierto punto de admiración, por no aceptar el incumplimiento sobre algo acordado y no aceptar la orden de callar y seguir como si no pasase nada. Contestatario de lo que no era asumible por ser gravoso para él y los que le rodean. Su acción de rebeldía posible, significaba enfrentarse al poder fáctico, y le puso en el punto de mira, le etiquetaron como un ser peligroso por oponerse y no plegarse, por no someterse al dictamen de los que ordenaban. Le tacharon de peligro social, de incitador a la ruptura en la convivencia, y responsabilizaron de provocar enfrentamiento entre unos y otros por su postura de insubordinación.

No creo en la anarquía, creo en las normas y que éstas se deben seguir para poder vertebrar los derechos y deberes en la ciudadanía, y la insumisión sin un argumento que razone la negativa o la protesta no entra dentro de mi ideario, pero cuando las decisiones se tornan injustas, o pueden dañar a otros, incluso llevarles a la muerte, o en detrimento del respeto y protección de minorías, o cuando esas decisiones incluso son contrarías a los derechos de las personas, estos argumentos se hacen tan evidentes que no cabe otra posibilidad que alzar la voz y decir: “no estoy de acuerdo”, “lo que se quiere hacer no es justo”, o “no puedo hacer eso”, cuando se nos conmina a ser los actores en ello.

Con su acto, me hizo pensar que yo también debería hacerlo, que debería salir de la cueva y luchar por lo justo, que no debemos ser cómplices del verdugo, que no debemos ser partícipes y mucho menos la herramienta con la que golpear a otros bajo la idea que nos inculcan de que no hay para todos, y así ser nosotros los que hagamos el trabajo sucio pisando a los demás insolidariamente, creando la coartada perfecta para reforzar la insidia de quién nos ordena.

Y su acción me hizo pensar que no ya solo contra las instituciones viciadas debería tener desobediencia, también cuando lo pactado y contratado me sea cambiado y variado, y no aceptar esas modificaciones con conformidad cuando las reglas han sido transformadas y el juego ya no termina según las condiciones iniciales, siendo alteradas unilateralmente y sin pacto alguno.

Pienso en mi actitud y en la de la mayoría de los que me rodean y veo disciplina extrema sin analizar si es correcto o incorrecto lo que se nos inculca y transmite, o a veces sabiendo que no es bueno, nos decimos: “no podemos hacer nada”, “es lo que hay” o “ellos tienen la sartén por el mango”, incluso a veces les respaldamos diciendo: “cierta razón tienen”; y todas estas respuestas que percibo no me gustan, pero dar el paso al frente angustia, y genera temor e incertidumbre. La pasividad contemplativa de muchos se convierte en el motor de transmisión para sentirse a salvo y que ellos lo entiendan como un acto activo de confirmación de sus acciones. Y ese dócil pasivo queda convertido en sumiso activo que da pavor.

La obediencia debida; asusta, da miedo cuando es llevada al fin último. No hay más que mirar al pasado. No alzar la voz, sumisión sin pensamiento. Nos auguran y anuncian el paso a seguir y en una carrera ciega nos lanzamos por la senda aprendida, silentes no dudamos la orden a cumplir cómplices del poder. Olvidamos la lucha y la trasgresión para estar confortables con nosotros mismos. Nos decimos: yo no he decidido, fueron de otros las órdenes, los castigos, los dolores infligidos, los desmanes sociales por otros fueron debidos, no yo, que no decidí, no yo, que sólo actué como me mandaron, como me dijeron que debía de hacer, ellos dijeron que era por su bien, por nuestro bien. Traicionamos lo conseguido, con voluntad rendida, nos refugiamos en obediencia debida. Callamos, asumimos y otorgamos la verdad por otros decidida, bajo el manto de la sumisión nos amparamos para no decir no, cerramos o nos vendamos los ojos para no sentir, y con un balido nos vale para asentir.

Nos quedamos quietos, sin decir ni hacer, acurrucados en el seno del hogar, y las protestas las miramos lejanas, como si ellos, los que las hacen y se oponen, fueran de otro lugar, de otro país, de otro planeta, no vecinos y amigos, ni compañeros ni familia, y los miramos como a niños que tienen pataleta, puesto que los que mandan así nos lo cuentan: “que no te influya”, dicen,  y procuran el desprestigio argumentando el capricho insolidario de aquellos que se manifiestan y se rebelan. Nos plegamos a su envite de sosegada incumbencia, y nos piden transigencia por nuestro bien. Disciplinados aceptamos el mandato de fiel siervo que a su amo debe respeto, si el daño es a otros y a nosotros no nos va en ello, que luchen los demás por conseguir lo que todos perdemos. Perdida nuestra dignidad y nuestra moral, y nuestros principios añicos hechos, que podemos esperar de una sociedad que se esconde bajo el halo del mandato satisfecho.

Cuando con gran excitación le conté a ella lo que había hecho él, y todo lo que había provocado en mí, cómo había revuelto todo mí interior, me miró raro. Llevábamos cuatro años conviviendo y nos sabíamos diferentes uno del otro pero nunca había visto esa mirada. No coincidíamos en muchas cosas, pero sí en la atracción y el amor que nos teníamos desde que nos conocimos, todo bien sazonado con buen sexo, eso nunca nos faltó. Pero esa mirada me puso en alerta, y tanto me movió como la acción de él.

Me había dejado llevar por el conformismo, casi siempre siguiendo las decisiones de ella, y no poniendo nunca en duda que era lo mejor para ambos, siempre evitando la confrontación y guardando en un cajón los temas en los que divergíamos. Ella pensaba en nosotros como un todo, y quería estar en una burbuja, que no nos influyeran las cosas que nos rodeaban, decía que nuestra felicidad estaría asegurada si nos manteníamos al margen de lo que podría perturbarnos. Pero,  ¿cómo se vive al margen de la sociedad que nos rodea?, ¿cómo podemos evitar que no nos afecten los actos de los demás? Esa mirada me descubrió que aunque la quiera no puedo ni quiero dejar de alterarme con las acciones de los otros, pero quiero tener a alguien que me acompañe en ese camino, no quiero la obediencia ciega que estaba teniendo con ella y hacía ella, y supe que por ese camino no me seguiría. Descubrí que la primera rebeldía la tenía que afrontar en casa, decidirme, y no resignarme, ¿cómo convivir con esa mirada? Y fue ver sus ojos en mí y brotar las palabras calladas sin saber que las callaba, fue ver su asombro y su displicencia a lo que le contaba, y surgir con brillo de tristeza en mis ojos la frase que lo precipitó todo: tenemos que hablar.

 

 

 

.     *Para el texto de hoy la banda sonora nos la pone Supersubmarina con su llamada a despertar del letargo, un mensaje muy próximo al del relato.

“El baile de los muertos“

Supersubmarina-Santacruz-Frontal

    **Os dejo el enlace a la noche temática “El juego de la muerte” un buen documental (que recomiendo) sobre la obediencia y la influencia del medio televisivo, y que tuvo mucho que ver en que surgiera este texto.

“El juego de la muerte“

.     *** Publicado originalmente 1 de Octubre de 2013. Hoy recibe una segunda oportunidad.

Mánchate de barro

26 Viernes Abr 2019

Posted by albertodieguez in Música, Relato

≈ 10 comentarios

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Adiós, amor, Barro, Buscar, Desafecto Social, Desigualdad Social, Espera la pálida, limpio, mancharse, Música, pareja, Ruptura, solidaridad, Tulsa, utopía

Descubrí que no era lo que quería. Era un tipo demasiado limpio, no se entienda mal, no hablo de la higiene, hablo de conciencia. Prefiero la gente que se mancha, la gente que está con los demás y no solo con uno mismo, que está sobre todo con los desfavorecidos. No me gustan los tipos asépticos, los que no quieren mancharse las manos y los zapatos con las desigualdades. Quiero a alguien que le duela el dolor ajeno, cuando ese dolor es venido y sobrevenido por la indiferencia social, por las desigualdades, y generado por aquellos que se lucran de los desheredados, auspiciando que estos últimos están en esa situación porque ellos no han puesto los medios para evitarlo.

Cuando vi que me miraba raro por mis opiniones sobre lo oído en el telediario, empecé a sospechar que no estábamos en la misma onda, que su pensamiento jamás se igualaría al mío, ni el mío se plegaría al suyo. Me despedí dándole mis mejores deseos de que tuviese suerte, que sé en el fondo que no necesitará. Esta gente es la que sabe mejor que nadie girar la rueda de la fortuna para que siempre les sonría a ellos, pese a quién pese, y sobre los demás. Quizás creamos que el amor sirve para limar diferencias, pero no es así, el amor es mucho más, es compromiso, y compartir no sólo las caricias y los besos, es compartir las ideas, es comprometerse con el ideario del otro. Lo antagónico no puede convivir dulcemente, no puede fluir sin roces y abrasiones que desgasten las relaciones. El amor empieza con el deseo, y acaba siendo el apoyo para sobrellevar la rutina. Y qué mayor rutina que lo social, lo que aún siendo exógeno a nosotros, nos condiciona tanto, y nos contamina. Mirar la vida, e intentar que nada de lo que nos rodea nos afecte, que la solidaridad no sea un motor de nuestro estar en el mundo, y no digo ni siquiera que sea el principal, solo que al menos entre dentro de los pilares innegociables. Y que el egoísmo mande sobre todo lo demás, es lo que no podría soportar. Y cuando miré sus ojos, vi todo eso que no quisiera reconocer en quién amo. Vi una bonita cara, y un destello en sus ojos hacia mí. Parecía que le gustaba y que podría quererme. Pero yo entendí que jamás podría amarle igual. Con esa condescendencia que exhalaba, como perdonando al individuo de al lado por su ignorancia y pensando que el otro que no piensa como él es un pobre hombre. Me alivia pensar que no he tardado en verlo, en sentir como es de verdad, poder apartarme de sus dulces caricias y su amor, que me lo daba sinceramente a mí.

Tendré que salir en busca de otros brazos, de otras conversaciones, de alguien que sonría simplemente por mi risa, que desee arreglar el mundo como yo. Y que quiera y crea mis utopías. Buscaré una mirada limpia que pretenda la justicia y respete la diversidad. La diferencia de unos con otros nos enriquece. No quiero olvidarme de los otros porque a mí me va bien. Aunque sepamos que es difícil cambiar las cosas, cuando veamos injusticias debe querer salir conmigo a protestar, sin violencia, tampoco quiero a nadie que use la violencia para imponerse, si se manchan las manos con el odio al final no podré pensar que esas manos pueden acariciar con amor, cuando esa piel está teñida de malevolencia. Eso es tan malo como el que usa guantes para no mancharse y sus caricias son falsas, están faltas de piel. Necesito sentir la piel de quién me ame, una piel que nos podamos lavar ambos en la alcoba cuando vayamos a descansar del mundo. Allí nos desembarazaremos de los otros y nos daremos el sosiego y las fuerzas para seguir, y buscaremos el orgasmo con delicadeza, para acabar exhaustos por la lucha y el amor. No será fácil encontrar. Sé que tendré que buscar en los páramos, allí donde los que están no les importa mancharse de barro.

 

 

 

 

.     *Tulsa prefiere buscar entre el barro para encontrar a su pareja ideal, como nuestra protagonista.

“Barro“

.     **NA: Publicado originalmente el 3 de Agosto de 2012. Hoy recibe una segunda oportunidad.

Infame Amanecer Dorado

23 Miércoles Oct 2013

Posted by albertodieguez in Música, Poesía

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Ana Belén, Desafecto Social, Desapariciones, Fusilamientos, Géminis, Golpe de estado, Guerra, Muerte, Sólo le pido a Dios, Tortura

                           *A mi abuelo,

que sólo sus secuestradores

sabrán donde fue muerto.

 

(I)

 

Vuelve a resplandecer

aquello que fue,

muchos lo sueñan otra vez.

 

Amanecer dorado

cara al sol cantando,

batallones autónomos

bajo yugos flechados.

 

Brazo alzado

gritan Aria,

brazalete rubricado

gritan  patria.

 

Ropajes estrellados,

vagones atestados

de muerte putrefacta.

 

Barracones empiojados

en campos abarrotados,

futuros gaseados.

 

Paseos sin retorno,

huérfanos al fondo,

cunetas zanjadas,

tapias ensangrentadas.

 

Exilio por caminos

despojados del arado

del que vivimos.

 

Sin ser frente,

huida de aquel dolor

con llanto inocente,

hasta hoy lo lleva

en la mente.

 

 

 

 

(II)

 

Armados

y con grises uniformes,

hubo pacos y escuadrones,

llegaron desapariciones,

clandestinas detenciones.

 

Casas de la moneda,

Mecánicas escuelas,

vuelos nocturnos,

cóndores en turnos

por mares infectados

de cuerpos decomisados,

infantes usurpados

de familiares robados.

 

No olvidemos lo pasado,

no olvidemos que todo

empezó con un amanecer dorado.

 

 

*Aunque yo no se lo pediría a ningún Dios, todo lo que dice la canción de León Gieco cantada por Ana Belén, se lo pediría a cada uno de los seres humanos que estamos en este mundo, que son los que pueden hacer que nada de eso suceda.

 

“Sólo le pido a Dios“

Ana_Belen-Geminis-Frontal

Una llamada incómoda (o un desafecto educacional)

18 Miércoles Sep 2013

Posted by albertodieguez in Música, Reflexiones, Relato

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A quien corresponda, A usted, Desafecto Social, Educación, Empleo, En Transito, Estudiar, Indidia, llamada, matrícula, Ministro, Noticias, Recortes, rutina, Serrat, Trabajo, Universidad

Durante el camino en coche, va oyendo la radio y a ratos escuchándola, va asimilando las noticias que lo fueron ayer y lo serán hoy, y a veces se enfada con lo que oye y el desánimo le ensombrece la mirada, y le crispa e irrita el pensamiento. En ocasiones verbaliza ese malestar en voz alta, como si hablase con alguien, como un loco que habla para entender y entenderse así mismo, para invocar a la cordura y que ésta nos libre de todo esto que está envilecido, como si diciéndolo se liberase y todo se esfumara y fuese bondad lo que quedase, y no ese escalofrío que llega y se queda cuando ve y oye, cuando tras el acaloramiento entiende que no hay camino, que solo hay abismo.

Llegar a su puesto de  trabajo  es comenzar con la rutina; comprobar lo que hay para el día, asignar las tareas a la gente de la que es responsable, gestionar prioridades según los calendarios a cumplir, y estar alerta ante las sorpresas venideras que como en cualquier trabajo siempre están acechantes para darte un revolcón y todo lo que has pensado y preparado para la jornada, para la semana entera incluso, se vaya al traste y haya que empezar a darle una vuelta a todo lo decidido, que ya no vale.

Su mesa suele estar ordenada, dentro de cierto desorden, papeles con anotaciones, con fechas, con información necesaria para el seguimiento de los trabajos a realizar o que ya están llevándose a cabo, pero siempre en un orden que él controla. El desorden le altera.

Ha llegado pronto, le gusta llegar un poco antes del horario de entrada para ponerse un poco al día y organizarse antes de que llegue el resto del equipo. Suena el teléfono. Eso le encabrona un poco, si suena tan pronto suele significar; o problemas o que alguien del equipo no vendrá por algún motivo, y desde los últimos despidos aunque hay menos labor, una pieza menos desbarajusta todo lo ideado y el puzzle de “gente-trabajo” empieza a no encajar.

Coge el teléfono  con un “Diga” cansino, sin mucho ánimo, casi no le sale, como cuando has estado mucho tiempo callado y la voz no te surge firme, nítida, más bien con una especie de “gallo”. Se da cuenta, aclara la voz y lo repite: “Diga”.

Al otro lado, de primeras no escucha nada, no se oye voz alguna. A veces pasa con los teléfonos que aunque ya estamos en comunicación, no se oye nada, hay un breve vacío, un silencio que nos inquieta puesto que nos deja con la duda de quién llama, quién nos está llamando. Mira la pantalla del terminal, allí aparece un número de teléfono fijo, por tanto es de fuera de la oficina, y rápidamente piensa que será alguna persona del departamento que quiere avisar que llegará tarde o que está enfermo y ni siquiera llegará ese día. Al fin se oye una voz, una voz femenina, que le nombra, y rápidamente se presenta, dice su nombre y le dice si se acuerda, el asiente rápido con un; “Sí, claro”, y es cierto, antes de que ella se presente, él reconoció la voz, y le puso cara, y recordó su rostro, un rostro joven, casi adolescente, y sonriente, siempre sonriente. La recordaba como una chica vital, alegre y divertida. Un poco sorprendido, se muestra afable con ella, sin cinismo, lo siente así;

– ¿Cuánto tiempo, qué tal te va todo?

– Bien, tirando como se puede -contesta.

Ella, trasmite con su voz, lo que él recuerda de su rostro; energía y dinamismo. Ella trabajó hace bastante tiempo atrás para la empresa, para su equipo, con contratos de obra para conseguir dinero a la vez que estudiaba, pero llegó un momento que compaginar ambas cosas se hizo complicado y dejó de trabajar para poder centrarse en el estudio, ya no solo era parar y dejarlo en épocas de exámenes, los estudios se pusieron algo más difíciles y las exigencias mayores, incluso con prácticas, hizo que abandonase este trabajo, que al fin y al cabo era provisional.

Después de ponerse muy rápido al día de cómo les iba a uno y al otro, de preguntarse por las vacaciones, -ahora es Septiembre y están recientes,- y cruzarse los típicos parabienes, llegó el tema central de la llamada, que era no otra cosa que la de petición de trabajo.

Ella le pregunta si hay posibilidad de trabajar, no en jornada completa, tiene clases por la mañana y sería para trabajar por las tardes, si es que aún tienen ese turno. Que necesita trabajar para poder pagar la matrícula de la Universidad que las tasas han subido mucho y tiene que buscar la manera de pagarlas.

En ese momento él, que ya casi se iba esperando este final, este fin en la llamada, se removió en la silla, para decirle que no había nada de momento, no había esa posibilidad, que la cosa estaba floja, muy floja desde hace tiempo, que por la poca contratación había ido saliendo gente paulatinamente de la empresa, con despidos y acuerdos de prejubilaciones, y que en su área, no estaba pudiendo contar con la gente que venía a reforzar en periodos vacacionales o en Navidades cuando se concentraba más trabajo, porque esos picos ya no llegan y por tanto no contrata casi a gente temporalmente.

Le dice que se lo imaginaba, que todo está fatal, que ya ha mirado otras posibilidades y tampoco hubo suerte. Intenta darle alguna esperanza, le dice que cree que un poco más adelante puede que se reactive el negocio, que hay un proyecto potente que pudiese entrar en breve y como está con la gente justa quizás pueda contar con ella, que espera que en menos de un par de meses necesite incorporar gente.

Ella contesta que genial, que se lo agradece, que si puede brindarle esa posibilidad sería fantástico.

Él se siente un poco mal, sabe que esto que le dice de aumento de trabajo, es más deseo que realidad, pero como otras veces ha hecho, a poco que aumente el flujo de trabajo, en vez de absorberlo entre el personal ya existente, tirará de listado para ayudar dentro de lo que puede a dar trabajo, y anota su posible horario, por si surgiese que la tenga que llamar.

Ella, ante este pequeño resquicio, se lanza a decir que tiene compañeros y amigos, que también buscan empleo y que si él necesita más gente que también podría contar con ellos, que incluso en el horario no se fije, que no dude o se detenga en esas pequeñeces, que se adaptarían a cualquiera. A algunos de ellos, les han subido tanto las tasas que no se podrán matricular de todas las asignaturas, que incluso algunos tendrán que dejar de estudiar a no ser que encuentren de donde sacar el dinero, ya los padres no pueden asumir ese gasto.

Quedaron en eso, en hablarse, en llamarse más adelante, y ha pasado un año, y él no ha podido cumplir con las expectativas que inocentemente le quiso dar para que la llamada no fuese complemente frustrante para ella. Él  quedó algo taciturno, entre el enojo y la tristeza, el enfado con los dirigentes que estaban estrangulando la Educación de esta manera y la rabia por no poder hacer nada, por no poder ayudar.

Ha pasado un año y piensa en ese año transcurrido, en todo el dinero que se ha recortado en becas y ayudas a los estudiantes y a sus familias, y otra subida potente en las tasas. Todo tildado de necesario y envuelto en la bandera de la búsqueda de la excelencia, de premiar al mejor estudiante, de dar al que se lo gana, cuando lo que se premia es al que tiene más dinero, que es el que podrá estudiar, es el que no tiene que buscar la manera de pagarlo trabajando.

Y hoy cuando todo ha transcurrido como todos los días, como hace un año, con un despertar similar, con el paso lento hacia la ducha, el desayuno con zumo y café, el viaje en el coche escuchando la radio y la llegada al trabajo para preparar el día, ha recordado aquella llamada, ha asimilado de golpe, lo oído de camino, la insidia de un ministro que dice que las protestas contra su reforma educativa son una protesta política, -que muy bien no se sabe que es lo que quiere decir con eso, salvo que significase que no es por lo hecho sino por quién lo hace-. Pues claro que es una protesta política, contra su “Política educativa”, educativa con minúscula, claro. Ese mismo ministro que compara las protestas, a las habidas en México y Chile, como fiesta de cumpleaños las de aquí, cuando el espejo en el que debería mirar es en los vecinos más cercanos, en los socios europeos del país. Un ministro de Educación que dice que no tiene porqué estudiar todo el mundo, se descalifica solo. Y piensa todo esto, frente a su ordenador, y vuelve a verse como hace un año al colgar el teléfono, con la mirada ausente, desanimado con el horizonte sombrío que espera.

 

 

    *Los recortes en Educación, Sanidad, Protección Social, etc… nos ahogan y debilitan como ciudadanía y como sociedad, y para poner música al desafecto que esto produce, Serrat nos hizo ya hace mucho tiempo el favor de crear canciones, que se le podrían cantar ahora mismo al ministro de educación y otros compañeros y sin duda, a su jefe.

“A usted”                          “A quién corresponda“

Serrat-En_Transito-Frontal

La Belleza (o Quimera para un desafecto social)

15 Miércoles May 2013

Posted by albertodieguez in Música, Poesía, Reflexiones

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15M, Aute, belleza, Desafecto Social, Desaliento, desencanto, falsedad, infamia, La Belleza, Música, mentiras, nausea, promesas, protesta, quimera, Segundos Fuera, tristeza, utopía

Busco alrededor y no la encuentro.

Está huida, falsamente prometida,

nauseabundos repiten sus discursos,

todos cambiaron sus promesas.

Todo es ausencia de belleza.

Nausea.

Tristeza.

Nunca rozaron la belleza.

 

La mutilaron en batallas infernales

buscando beneficio en cada ocasión,

su mejor estrategia era el dolor del otro,

alejarlo de la belleza su intención.

 

Rubicundos mensajes, algaradas de mentiras,

concubinas, prostituidas para gloria del poder,

omnipresentes daños colaterales,

nos lanzaron al abismo del no querer,

pusilánimes quedamos olvidados de querer,

No odiar sería belleza,

y reina el odio en el ser.

 

En las calles quiere surgir el bello atardecer,

la soldadesca nos lo impide,

el tumulto inconstante nos lleva a perder,

el desánimo acalora, la gente ya no empuja,

la búsqueda deja de ser,

y el desaliento se hace el rey,

ganando la partida una y otra vez,

la rabia se abre paso,

la infamia vence en el peaje,

quedamos tristes, la Belleza, utopía,

quién sabe cuándo la volveremos a ver.

 

 

*Hoy 15M, dos años después de la efeméride de aquel grito social, más que nunca, todo es feo, todo está ausente de belleza, como nos canta Aute.

“La Belleza“

Aute-Segundos-Fuera-Del-1989-Delantera

“Arribando” (o Un cínico desafecto social)

26 Martes Mar 2013

Posted by albertodieguez in Música, Poesía, Reflexiones, Relato

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abajo, arriba, arribando, arribar, Barro, botas, cínico, cielo, DCP, Desafecto Social, La noche eterna-Los días no vividos, Love of lesbian, Música, medrar, mejorar, meritoneando, meritos, pisar, pobres, proletario, ricos, Sociedad, subir, suciedad, Wio, Wio antenas y pijamas

Preámbulo para DCP.

Inspi lanza una propuesta para jugar con los textos y las palabras, con el arriba y abajo, defender una u otra opción, estar encima o estar debajo, no vale estar al lado y no posicionarse, hay que defender una postura, y tras un segundo de duda, me sumo al proyecto. Al día siguiente sin pensarlo mucho, me surge un texto, rápido, de manera fluida, y lo dejo descansar, y que repose para leerlo más tarde pasados algunos días, hay mucho tiempo hasta la fecha de publicación. A veces con la relectura te das cuenta de la “castaña pilonga” que has hecho, y estás a tiempo de rehacerlo de nuevo…  Una semana después lo leo y dudo si es digno del proyecto, lo veo… no sé, quizás demasiado…  y según lo pienso, sin darme cuenta me surge otro texto que me parece más, no sé…  Bueno no doy pistas de lo que me pareció cada uno de ellos, el caso es que tenía un problema, ¿qué hacía?, ¿cuál publicaba?…

Llevo meditándolo cuatro días y he llegado a la conclusión de que voy a publicar los dos, al fin y al cabo son complementarios, los dos defienden la misma idea cada uno a su manera, y el segundo además completa al primero, siendo más cínico si cabe.

Texto 1.

“Arribando” (o Un cínico desafecto social)

Andaba llegando donde uno está a salvo, donde uno cree que ya puede tomarse un respiro, que no descansar, en este vivir nunca uno puede bajar la guardia y echarse a dormir y reposar. Allí en ese lugar todo se ve mejor, todo parece teñido de otro color, el color del barro ya no forma parte de su horizonte, o al menos él lo ve así, y en ese momento de deleite por estar alcanzando aquel destino, pensando en esa pausa que se podrá tomar, evalúa ese transitar y mientras arriba, va recordando la serie inglesa “Arriba y Abajo” y de lo que le marcó ver en televisión el reflejo de esa sociedad de principios del siglo XX en Inglaterra. Él a su alrededor no veía esas diferencias, todos eran iguales.

Desde entonces siempre pensó en estar del lado de los de abajo, del lado de los desfavorecidos, era claro que este deseo de estar con ellos se debía a la cuna de la que provenía, totalmente proletaria, pero quería estar con ellos siendo de los de arriba para cambiar las cosas, teniendo lo bueno de aquella otra planta, pensaba que la desdicha de unos no puede ni debe ser y servir para la gloria de otros. Hoy aquella época de la serie se le muestra muy similar a esta, cada vez hay más diferencias entre los de arriba y los de abajo. Con el paso de los días a los de arriba se los ve más altos y lejanos, y los de abajo están más hundidos sin ver cielo ni salida. El de arriba pisa y el de abajo es pisado. El de abajo aguanta al de arriba y el de arriba lo ve como normal y necesario, es su función, se dicen, si no para qué fueron creados, sostener al prepotente, al empresario, y si le molesta debe dejar a otro paso, para sostener y ser pisado.

Con el transcurrir del tiempo había tomado una determinación, más pronto que tarde debía conseguir aquello que anhelaba desde esa infancia lejana. Hacer cumplir el sueño latente desde ese abajo, el sueño de tantos y tantos iguales como él, que por una cosa u otra no lo consiguieron y se fueron quedando por el camino, por las trabas y las trampas que no supieron esquivar, por los medios que tuvieron a su alcance y no supieron manejar y utilizar correctamente, en su beneficio.

Llevaba varios días deambulando, no encontrando lo que buscaba, sabía que el tiempo iba en su contra y que se le acababa, se estaba desesperando, ya empezaba a dudar si obtendría resultados, iba entrando en una edad en la que era mejor empezar a tener las cosa mejor atadas, un futuro. Pero incluso en los momentos de duda no cejó en su lucha por ser buen ciudadano. No dejando de asistir a las manifestaciones, en todas ellas en busca de apoyar a sus ideales e ideario, y de afianzarse en sus convicciones con buenos palos, para poner a cada uno en su sitio. No entiende como el problema cada vez aumenta en tamaño, cada uno debería saber cuál es su lugar en la sociedad, y lo suyo fue un accidente que debe reparar. Sólo le llega ruido, todo está turbado y emponzoñado por las noticias que llegan amplificadas por las antenas de radios y televisiones.

Desde que su amigo le dio el contacto y en la entrevista le dijeron que se preparase bien, estaba nervioso.  No encontraba lo necesario para afrontar el reto y llegar preparado a ese lugar que le ofrecían, se preguntaba si lo conseguiría. Cínicamente sonrió frente aquel escaparate, por fin creyó haber encontrado la solución a este debate que arrastra desde niño, por fin encontró el elemento necesario, encontró el calzado tan ansiado, ese que evita mancharte y sentir lo pateado cuando tus pisadas salpican al apretar con ahínco. Son robustas y fuertes y duras, con buena suela de agarre, listas para no resbalar, listas para poder trepar y alcanzar la cima, siente que esa es la solución perfecta, mantenerse bien erguido, sin duda encontró el camino. La luz y las nubes que podrían desaparecer a su alrededor si se consintiese no vencer, si no tuviese bien claro donde tiene su sitio, dejaron de ser un horizonte cercano y posible, al fin tiene las botas para pisar y jamás ser pisado, y conseguir olvidarse de su pasado. Allí arriba siempre se está y se estará mejor que abajo. Él ya está en la cima, arriba, y los de abajo serán bien pisados.

Texto 2.

“Meritoneando” o (Un desafecto político-social)

Me ando meando a los demás,

arribando y subiendo en la suciedad,

perdón quise decir sociedad,

medrando pisando a los demás,

robando al prójimo que me ayudó

a dejar de ayunar.

De méritos ando,

alabando a quién convenga,

palmeando las espaldas

de lucrosas amistades que devengan.

Quitando ando los beneficios del bienestar,

culpando a todos los demás

de los desvaríos que voy a insuflar.

Odiando la igualdad me ando,

si no saben que hay diferentes cunas

que les voy a contar,

que no entiendan que deben existir

para que yo pueda volar.

Orinando me ando para marcar

mi corralito, no se vayan a equivocar.

Arribando me ando,

dónde mejor se va a estar.

*Todos tenemos un ideario, que cínicos muchos traicionan para sobrevivir y medrar. Hoy para los textos utilizo el vídeo de Love of lesbian por sus imágenes que enlazan con lo escrito.

“Wio, antenas y pijamas”

Love of lesbian. La noche eterna-los días no vividos

Pediría un deseo

29 Sábado Dic 2012

Posted by albertodieguez in Música, Poesía, Reflexiones

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Año nuevo, Desafecto Social, deseo, desterrar, Feliz 2013, Odio, pedir, quimera, rabia, Rabo de nube, Silvio Rodríguez, tristeza

Época de deseos,

de renovar los pasados,

los no cumplidos,

y los cumplidos que han de ser cambiados.

Sacarlos por la ventana en papel escrito,

quemarlos con los primeros instantes

del año nuevo, dicen serán cumplidos.

Aconsejan que elijas uno o varios nuevos.

 

Si pudiera pensar que se cumpliesen,

optaría por la esperanza,

sacar de mí el odio por lo que no comprendo

sobre decisiones sociales tomadas.

Repartir un poco, de lo poco que tengo,

repartir un mucho, de los que mucho tienen.

 

Si tuviera que pedir un deseo,

pediría que las lágrimas no me brotasen por lo que veo.

Que la ira no me nublara el pensamiento,

que la rabia no se apoderase de mí,

cuando nos cortan nuestros derechos.

 

Si pudiera y creyera en los deseos,

pediría desterrar la desigualdad.

Si pudiera y creyera en lo quimérico,

pediría un deseo.

 

 

*Me apoyo en la fuerza de esta canción de Silvio Rodríguez (necesaria escuchar), para acompañar mi deseo escrito y que el próximo año nos llegue un rabo de nube. Feliz 2013.

Nota: Hoy me felicita WordPress por cumplir mi primer año por aquí ,y yo me felicito por haberme lanzado a esta aventura, y haber encontrado tanta gente desconocida de la que aprender y con la que compartir sentimiento y escritura.

“Rabo de Nube”

Silvio Rodriguez- Rabo de nube

Un lenguaje gastado y desgastado. Palabras que de tanto usarse han sido mancilladas. (Un desafecto social)

06 Martes Nov 2012

Posted by albertodieguez in Música, Reflexiones

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Cantos Iberos, crisis, Desafecto Social, economía, emprendedor, falsedad, Gabriel Celaya, gratis, humo, impuestos, independencia, La poesia es un arma cargada de futuro, lacra social, lenguaje, Música, mentira, Paco Ibáñez, pago, palabras, Poesía, politica, sostenible, verdad

En estos días de desafecto social y político, de duras imposiciones tildadas de necesarias y acusadoras, criminalizando al sujeto, culpabilizándole de lo sucedido como exabrupto provocador de la situación actual, y haciéndole rehén social para el beneficio de unos pocos. Con este panorama en el que el verbo se tergiversa y se doma al antojo de intereses poco claros, o demasiado claros en realidad, el lenguaje se me antoja ilusorio y desvirtuado. Estos días de palabras desgastadas por su repetición, deformadas por los estragos que hacen repetirlas para que se nos inoculen, vemos ya que su efecto lisérgico queda diluido por el cansancio que provocan en el que las oye, y por lo vacías que se tornan, huecas y sin sustancia, que proyecten en los demás una imagen cargada de sentido, como en su tiempo inicial las tuvieron.

Palabras como “sostenible” que de tanto repetirla se ha vuelto insostenible en su significado, ya no se sujeta ella sola, ya la deslucieron y enfangaron y queda agotada, todo lo contrario de su ser inicial, que abogaba por algo no acabable, algo que no mermara y así poder seguir hacia un futuro que contase con un “para siempre” en su raíz bien arraigada.

En estos días de “crisis”, esta palabra – “crisis” -, quedó agrietada y ajada de oírla y oírla, y la gente la asume con indiferencia y es ahora según avanzan los días cuando el significado toma fuerza en su acepción más grave y gravosa y más real, que es la de carestía y falta y escasez, y no aquella acepción que tanto gasta y gusta en la prensa, no del todo correcta, de declive y valle. La crisis ha de ser un acto brusco y el deterioro económico de un sistema como este no puede seguir con ese adjetivo, el adjetivo sirve para cuando el acto que provocó la ruptura del orden económico establecido sucedió allá por el año 2008, pero ya no estamos en crisis, la crisis sucedió, y lo que vivimos es la perversión surgida de aquel instante, del afán de los que tienen el poder y el dinero, por exprimir al mundo en su beneficio y aprovechar esta circunstancia para implantar su ideario con la excusa y la coartada de arreglar los engranajes sociales y de bienestar, acusándonos incluso de ser los provocadores, por nuestras malas artes, de este estado actual.

Y nos dicen una y otra vez que tenemos que asumir que no hay dinero, que nuestros impuestos no llegan para los servicios y que para tener las cosas gratis las debemos pagar, y me genera confusión ésta manipulación del lenguaje, mis impuestos parecen que no son pago, puesto que me dicen que lo que me proporcionaban como servicios me lo daban gratis, y uno empieza a dudar hasta del lenguaje y las palabras, y este vicio de inventarse nuevas acepciones a las del diccionario, maquiavélicos cambios de la sintaxis para llegar a sentidos tergiversados, me llena de zozobra.

Y nos reiteran por activa y por pasiva que ser “emprendedor” es la única vía, y si no lo hacemos,  somos una lacra social. Tal mensaje es el que me ha llegado como definición de esta palabra, de tanto insistir en ella por parte de los interesados en mandar recado de lo que hay que hacer y ser, y este vocablo de empezar y comenzar y poner en pié, se cae y no se tiene, y se extingue y cierra el futuro a su alrededor antes de estrenar camino, puesto que es fácil decir que emprendas e inicies, pero no allanan el sendero ni facilitan la puesta en marcha, y te piden e insinúan que pongas de tu parte, que no son ellos los culpables de que tú no avances, que el futuro no es claro y sí gris, no es por su deseo, y entonces siento que esa palabra se me muestra como la acepción dañina de acometer contra la sociedad para importunarlo y reprenderlo, y siento que me riñen por no “emprender”.

Y entonces nos lanzan humo a la cara llamado “independencia”, y repiten mucho esa expresión que solivianta a unos y encrespa a otros, y así, nos perdemos por la falta de visión, y así, seguimos sin ver lo esencial y solo escuchamos cantos de sirena de un lado y de otro, de una orilla y de la otra, edificando el discurso de la ruptura en contra de la unidad, y la unidad en delación de la ruptura, sin entender unos y otros que estamos a otras cosas, que eso nos da igual, y quieren creer que no nos damos cuenta de que juegan al mismo juego que conviene para despistar y que el saldo será siempre en beneficio de su verdad.

Verdad con un lenguaje engañoso, lujuriosamente modificado, y me duele que se me maltrate con injurias de lenguaje, que se estime en poca mi inteligencia, cuando lo único que nos queda es eso, la palabra, la voz y el significado que la acompaña, y quizás sea eso, que les da miedo la palabra, puesto que ella carga el fusil de la poesía, y ella, la poesía, es un arma cargada de futuro.

 

*Hoy vuelvo a salirme de lo estrictamente literario para generar un texto de desafecto y enfado social, y sumo a esta entrada a Paco Ibáñez cantando los versos de Gabriel Celaya, para reforzar el texto y mi estado de indignación por esta situación.

“La poesía es un arma cargada de futuro” La canción

“La poesía es un arma cargada de futuro” El poema

 

Desilusión social

08 Viernes Jun 2012

Posted by albertodieguez in Música, Poesía, Reflexiones

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Bandera de manos, Desafecto Social, Desilusión social, Juanes, La vida es un ratico, Música, Soñar, Sociedad

Soñar con un mundo mejor, deseo.

Soñar con la eternidad o simplemente

deseo ser y estar.

Estar consciente y ser dueño de mis

actos, consciente de querer ser,

y no ser mero hecho del tiempo, dominar

mi destino y no ser un simple

mezquino, ardua tarea, hoy estoy sonao’

porque vengo tocao’.

El alcohol me devolvió la lucidez

que en un tiempo llegué a tener

pero es pasajera, dentro de

breves instantes el sueño espera.

Volveré a ser el ciudadano

sumiso y equilibrado que jamás

os levantará la mano.

Sociedad.

 

 

.     *Hoy me vuelvo a apartar levemente de la temática habitual, pero hay días en que sueñas con rebelarte, con cambiar tu vida y el mundo, pero como en el poema, dura poco, dura un segundo. Juanes pone música a mi desilusión que casi es la suya.

“Bandera de manos“

Un desafecto social, Aniversario 15M

11 Viernes May 2012

Posted by albertodieguez in Música, Reflexiones

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15M, Días y Flores, Desafecto Social, Desigualdad Social, Educación, Sanidad, Silvio Rodríguez

Hoy, con la cercanía del 15M, mi propuesta es de otro tipo de desafecto, es un grito contra el desafecto social, contra lo que estamos viviendo, es un grito a favor de lo público frente a lo privado, a favor de lo solidario frente al beneficio solo de la individualidad. Es una llamada en defensa de los desfavorecidos frente a los que tienen más, es una explicación que no todas las ideologías políticas son iguales, es decir que no todo vale, que los derechos sociales de igualdad se están desarraigando gravemente. Quiero denunciar y evitar que los que menos tienen no puedan tener una educación y una sanidad digna, con todos los medios y beneficios y no cercenadas por su falta de medios económicos. Que esta rabia cotidiana que me emerge en cada decisión de recortes sociales tenga una vía de escape, que sea un alarido de indignación por culpabilizarnos a los que menos tenemos de la situación económica en la que estamos, en la que solo somos números porcentuales en un libro de cuentas empresariales y gubernamentales.

Es la petición de igualdad de oportunidades y que estas no vengan devengadas por el nacimiento.

Y esto parece que solo lo piensa lo que se llama “la izquierda”, y por ello quisiera expresar mi idea de lo que realmente es la izquierda, que no es comunismo ni marxismo, que no es ser “perroflauta”, no es el deseo de la Nacionalización de todo, ni que el estado tutele absolutamente toda la sociedad, y que sí es, la ideología de lo social frente a lo individual, que el estado sea garante de la igualdad de oportunidades, sin extremismos.

Hoy recupero un post que publiqué en Colectivo44, (lacomunidad.el País.com), el 21 de Septiembre de 2011. Por aquel entonces hubo unas declaraciones de los dirigentes políticos de un partido, sobre lo que ellos estimaban que era un agravio a la clase media por parte del Gobierno que dirigía el país en ese momento y que quería subir los impuestos a los que más tenían, a las rentas más altas, (gravar a los que superaban los 700 mil €), y esas manifestaciones me llevaron a la perplejidad.

Aquí abajo vuelvo a recoger aquel post, cierto que el texto está anclado en la utopía y que luego hay muchas traiciones a este ideario de muchos que las enarbolan, pero no quiero desprenderme de esta utopía social.

“Ser de izquierda”

Hay un pensamiento erróneo que se debería desterrar.

Ser de izquierda no tiene que estar unido a la pobreza solamente, ser de izquierda quiere decir que los que no tienen puedan tener, y no tiene solo que ver con el dinero, tiene que ver con igualdad de oportunidades, tiene que ver con educación y sanidad universal.

Ser de izquierda no quiere decir que se deba repartir todos los bienes para todos, ser de izquierda quiere decir que todos debemos aportar parte de lo que tenemos (cada uno en base a lo que posee) para mejorar la vida de todos.

Ser de izquierda quiere decir que el egoísmo individual debe quedar al margen, ser de izquierda no quiere decir ser un parásito social, ser de izquierda no es donar todo lo que se tiene y se gana para los demás y uno vivir en la indigencia.

Ser de izquierda no quiere decir renunciar a los placeres de la vida, no es no poder disfrutar de la vida, ser de izquierda no tiene que ir unido al sufrimiento, no va unido a pasar la vida amargados y resentidos y sometidos a los caciques en todas sus dimensiones.

Ser de izquierda no es renunciar a la tecnología porque parece ser para la élite, no es tener que vestirse en los chinos, no es vetarnos las cosas caras. Ser de izquierda no es ser pobre.

Desterremos los tópicos de ser obrero igual a ser de izquierda, muchos obreros son de derecha, no olvidemos que muchos obreros que no han tenido nada y ahora tienen algo se convierten en los más conservadores y retrógrados para no perderlo, en vez de pensar que hay que seguir luchando para que los demás puedan progresar como ellos lo hicieron, pero yo me niego a dar ese paso a la derecha porque tenga más oportunidades que tuvieron mis padres, porque haya mejorado mi situación respecto de su estatus, aunque no haya conseguido llegar a la clase media que yo creía que sí, pero que según el PP tiene un valor de más de 700.000 €, y entonces me di cuenta que no.

Esencialmente, al margen de status sociales, ser de izquierda es apostar por leyes de igualdad social, de integración, de no discriminación, y de respeto en la convivencia con los demás.

Ser de izquierda es aspirar a un Mundo en el que quepamos todos y todos en una Sociedad de Bienestar.

**********************

     ***Disculparme por salirme en este post de la temática literaria del mismo. Pero la realidad es más lacerante que las ficciones recreadas habitualmente y necesitaba al llegar este Aniversario, una catarsis interna, desnudarme con mi ideario, aunque esto no es lo más aconsejable, por el posible sectarismo con el que ser juzgado. Se que muchos no estaréis de acuerdo con mis convicciones, si no, no existiría este post, sin embargo os respeto en la discrepancia pacífica.

 

.     *Silvio Rodríguez nos deja este grito de rabia al mundo, y yo como él quiero salir al bosque para aliviarme y buscar flores que traer al hogar, pero como él, al salir me encuentro un mundo que me hace volver cansado, triste de pena sin para amor, y necesito vestirme un alma nueva.

“Días y Flores“

La vida está llena de afectos y desafectos.

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