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Archivos de etiqueta: La buena vida

Hoy ya es mañana

20 Sábado Jun 2020

Posted by albertodieguez in Música, Relato

≈ 17 comentarios

Etiquetas

encuentro, Javier Marías, La buena vida, Música, Mirando atrás, Tu rostro mañana

Veo su rostro allá a lo lejos, en la otra esquina, no es su rostro de ayer pero no es el rostro que esperaba, no es aquel rostro que yo creía vería mañana. El tiempo pasó y no es aquella persona que creí sería, no está como esperaba, no es mejor ni peor pero no es lo que imaginaba. El tiempo dejó surcos como a todos, no son feos ni bonitos, sólo son la vida marcada. Creemos que encontraremos ese tiempo pasado como allí fantaseábamos, fijamos nuestros recuerdos en ese espacio en el que planeamos un futuro inexistente, cuando no pensamos en mañana. Hoy veo su perfil, que no es aquel idolatrado, es otro que reconozco y descubro ajado, pero no por el tiempo si no por el desamparo, veo un perfil desenfocado, una luz apagada, un residuo del brillo que desprendía su rostro de ayer que no le acompañó en este mañana. La veo moverse como recordaba siempre resuelta, pero no le acompaña esa sonrisa de siempre, avanza con semblante que no cabe en mi memoria, que no concibe mi recuerdo de ayer que no se transformó en mañana. La sigo con la mirada desde mi esquina, observo su esbelta figura y su andar despreocupado y su mirar con vista perdida, no me ve, quizás yo tampoco tengo el rostro que esperaba en mí mañana ni siquiera conserve el que tuve ayer cuando los dos nos miramos cara a cara pensando que esos rostros no cambiarían mañana. Veo su rostro que no es el de ayer pero tampoco el que pensé tendría mañana, quizás por eso no siento lo de ayer ni lo que esperaba sentir mañana, estoy frío, no noto nada de aquel fuego que en mí levantaba, estoy con mi rostro enjuto listo para enfrentarme a su mirada, lo pienso mejor, no hace falta puede que no le guste mi rostro que ya no es el de ayer hoy ya llevo el de mañana, sucede cuando miramos atrás y lo que hoy encontramos allá no estaba y ninguno de los dos sabíamos cómo serían, y hoy ya es mañana.

 

 

 

.     *De Javier Marías, le tomé prestado su “Rostro Mañana” para mi inspiración en este texto, lo acompañamos con esa mirada atrás de La buena vida.

“Mirando atrás“

 

.     **NA: Publicado originalmente el 24 de Enero de 2012. Hoy recibe una nueva oportunidad.

Negro espejo

20 Martes Ago 2019

Posted by albertodieguez in Música, Poesía

≈ 27 comentarios

Etiquetas

amanecer, amargor, destino, dolor, drama, espejo, Hallelujah!!, huir, imagen, La buena vida, Música, Mi voluntad, padecimiento, reflejo, sino, sombra

Me miro al espejo y no me descubro,

me veo difuso, no me reconozco en él,

observo y no me quiero ver en ese reflejo,

miro taciturno al espejo

y no me quiero,

no quiero ser ese que veo,

pienso que soy otro que aquel

ese oscuro ser ausente,

cierro los ojos,

los abro y me sigo sin reconocer,

auguro dolor insolente

dramas y daños preveo

futuro que me atormente

sin duda allí veo,

padecimientos y congojas

descubro que son el sino,

huidizo me reclino

por ver si se va aquel destino,

tozudo no se mueve,

lanceando con inquina

la imagen perdida tras el azogue,

al que allí habita,

miro y no quiero conocer,

sombra trémula en noche oscura

que me amarga este amanecer.

 

 

.     *Como en la canción de La buena vida, la voluntad del protagonista sería abandonar, no seguir viendo aquel que está y que en un futuro seguirá estando, pero hay que tener algo más que voluntad para dejarlo todo.

“Mi voluntad“

la buena vida - hallelujah

.     **NA: Publicado originalmente el 10 de abril de 2013. Hoy recibe una segunda oportunidad.

 

Y me preguntaste (3ª parte)

12 Lunes Dic 2016

Posted by albertodieguez in Música, Relato

≈ 2 comentarios

Etiquetas

Después de todo, Hallelujah!!, La buena vida, Música, Que nos va a pasar, verdad

El reconocimiento de algo, que no es falta, pero que las circunstancias hacen que lo parezca, donde la pregunta convierte la respuesta en justificación de un delito inexistente, no cometido, de una irregularidad en nuestro comportamiento. Interrogatorio sobre un supuesto delictivo, de un defectuoso comportamiento que hasta ese momento no nos lo pareció, y de pronto todo es culpabilidad, es certeza de que hemos fallado y que vamos a defraudar a quién nos interpela, que la verdad nos arrastrará al fango, a la miseria afectiva, que ya nada será igual, y nos hace dudar si contestar o no, si evadir esa réplica que se nos demanda. Y aunque no es exigencia su querer saber, nos transmite esa necesidad de aclarar que lo que han oído es o no es, cerciorarse si el rumor va cargado de realidad, que no es bulo ni chisme, que lo escuchado no es propagado sin fundamento, y entonces nosotros estamos en la tesitura de la confesión dolorosa para ambos o deslizarnos por el embuste que nos saque en ese momento del aprieto, a sabiendas que más pronto que tarde todo se sabrá y que quedaremos en peor situación, la confesión de una trasgresión es perdonada antes que la mentira, aunque esa mentira quiera ser piadosa para esquivar el sufrimiento de quién la recibe, no habrá indulto si hay una negación falsa y se descubre más tarde, cuando ya todo se ha enquistado por la conversación baldía, y ya no tendremos oportunidad de nuevas explicaciones ni defensas. Por eso cuando la pregunta nos golpea, nos quedamos en desventaja, y más si no era esperada, si fuimos con la guardia baja, si nos dirigimos al lugar sin saber que habría combate y llegamos sin escudo ni lanza, ni plan para evitar la emboscada y la trampa. Durante unos segundos ordenamos nuestros pensamientos, y hablamos para rellenar ese “impasse” de tiempo que nos ayude a decidir, y pasan unos minutos en los que a su vez, incómodos, intentamos descubrir el porqué quiere saber y averiguar, contraatacando y dilucidando si decir o callar, si la perorata sin hondura ni fundamento nos servirá para salvar el envite, y nos damos cuenta de que no valdrá, que tendremos que mojarnos para vadear este caudal que nos separa, que nos va a llevar por delante, que antes de dar respuesta, sabemos que seremos arrastrados y volteados y lanzados contra una mirada incesante, escrutadora y lacerante.

Y empiezo a escurrir el bulto con vaguedades, casi negaciones, sin serlo para no mentir, diciendo sin decir, ahuyentando las palabras que dijeran sí, o que me llevasen a ese fin, y elucubro con quién te pudo decir esa canallada y te digo que no hay que creer lo que se habla, pero tú me atajas y me dices que quieres la verdad, que nadie te lo dijo a la cara, que lo escuchaste como si estuvieras tras una ventana, donde los chismes se hablan sin saber que hay gente tras la persiana, que no lo creías y que por eso estamos donde estamos, y me veo en un callejón sin salida, sin poder dar marcha atrás sin espacio para rectificar, ya lo sucedido ha sucedido, ya no hay vuelta de hoja, los hechos están consumados y no se pueden borrar, me siento ruborizar. Y digo, sí. Ese sí, resuena en todas partes, recorre la calle de abajo a arriba, de arriba a abajo, y se superpone un silencio desolador, que me parece dura una eternidad, – seguramente no sea así y sólo sea un segundo -, observo transmutarse tu rostro y me doy cuenta que ya estás lejos de mí, que todo se ha roto, que el hechizo se ha difuminado, y nuestro futuro juntos, veo desvanecerse.

 

(Continúa…)

 

.     *La buena vida nos pone la música al texto, preguntándose que nos va a pasar después de ese “sí”, siendo conscientes que ya nada será posible…

“Que nos va a pasar”                “Después de todo“

la buena vida - hallelujah

 

.     **NA: Publicado originalmente el 20 de Febrero de 2012. Hoy recibe una segunda oportunidad.

La vida está llena de afectos y desafectos.

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