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Bebe, Fiebre, locura, Música, Muchachito bombo infierno, Ojala no te hubiera conocido, Tu silencio, Veneno
Tu veneno me trae la fiebre, me la trae a la cama, empapo las sábanas, me hace hablar en voz alta, delirar, recordar que me abandonaste sin empezar, intoxicado por ti desde entonces me digo ojalá no te hubiese conocido. Tu silencio me clava una vez más tu presencia en mi cabeza, tu negativa a seguir conmigo, la renuncia a una vida juntos, me lacera. El instinto de supervivencia me dice que debo olvidar pero la soledad todo lo altera, tu veneno me trae la fiebre y el llanto. Busco refugio las horas que te recuerdo, y no lo encuentro, el aislamiento en el que quiero estar para no ver ni recordar no me surte efecto, vuelves y vuelves y no puedo más en esta habitación que se me torna claustrofóbica, donde la humedad de mi cuerpo lo cubre todo, el aire viciado se convierte en ponzoña que me arrastra hasta los infiernos de la locura, desvarío enajenado por lo acontecido, por no superar tu marcha, por pensar que fui el culpable, y ese mutismo tuyo me destruye, no soy persona, soy despojos, soy muñeco, soy trapo, mi mente engendra fantasías de regresos y retornos y reapariciones, que nunca llegan, que me lastiman mil veces, quiero olvidar y no puedo, quiero sentir algo que no sea dolor y no consigo descansar, la fiebre de tu veneno en mi cabeza está.
. *Muchachito bombo infierno y Bebe nos ayudan con su música a entender este veneno que se nos inocula silenciosamente y nos lleva al borde del abismo.
“Ojala no te hubiera conocido nunca” “Tu silencio”
. **NA: Publicado originalmente el 29 de Enero de 2012. Hoy recibe una nueva oportunidad.
Muy duro. No sé si es ficción o real puesto que hace poco que te visito, pero no te sientas culpable, las cosas de pareja siempres son de dos.
Ánimo.
Un abrazo
Gracias Celia.
Para tu tranquilidad, en el relato pesa más la ficción que la vivencia real… Siento haberte preocupado (aunque sea mínimamente), a veces mi forma de escribir lleva a pensar que me sucede todo lo que escribo.
Agradezco tus ánimos. 🙂
Un abrazo.
Vale la aclaración, creí que era real, muy bien echo el relato….
Gracias Berkana.
Muy bien descrito.
Un abrazo.
Gracias Chema.
Un abrazo.
Parece que no, pero esas fiebres siempre terminan remitiendo. Un besote!!!
Cierto Álter, remiten, aunque hay gente a la que le deja secuelas… 😦
Besos!
Me encantó. Y por muy ficción que sea, a cualquiera de nosotros podría haberle sucedido (quien sabe, tal vez de hecho le sucedió 😉).
Gracias La Betty.
Cierto, un lugar común fácilmente transitable…
Besos.
Ya te conozco y sé que esto es más ficción que verdad (aunque supongo que, como todos aquellos que bien o mal escribimos o que disfrutamos de la escritura, algún destello, algún punto de partida biográfico, tal vez, haya por allí. Por supuesto que no pregunto nada de ello; sólo lo supongo y sé que puedo equivocarme).
Ahora, con respecto al texto en sí, y ya puestos a jugar a la ficción competa, me pregunto qué hubiese sucedido si atribuías este texto a una mujer que acaba de mandártelo a ti (o una mujer que se lo manda a un hombre, para poner a Alberto Dieguez totalmente a resguardo). Sería interesante saber la respuesta de ese hombre; es decir, la otra parte de la historia…
Un abrazo.
Como bien dices amigo, los que intentamos escribir, la mayor de las veces utilizamos alguna vivencia o vivencia de alguien como resorte para levantar una historia que rápidamente deja de tener relación con la realidad.
El juego que me propones es muy interesante, veremos si me surge esa respuesta.
Un abrazo.
¡Lo único que no hay que hacer es dejar entrever qué fue basado en la realidad y qué no! Después, todo vale.
Un abrazo.