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amor, ausencia, cama, Con las ganas, día 913, La fabulosa historia de, Música, nostalgia, Sin haber venido, tristeza, vacíos, Zahara
Veo el hueco de tu cuerpo, miro al lado, y solo veo el hueco dejado, la cama se hace gigante, miro de soslayo, me da miedo afrontarlo. Solo veo hueco, vacío donde antes hubo tanto, todo lleno, repleto de vivencias, aciertos y fracasos. Ausencia del cuerpo ajado, hoy solo carencia de tu peso a mi lado. Y no recuerdo lo bueno o lo malo, solo la falta de tu presencia, todo lo demás quedó en el pasado. En el despertar me veo solitaria y no encuentro donde posar mis ojos, que siempre buscaron ese lugar que tú ocupabas, hoy reduciendo mis sentimientos a nostalgias, pero no veo nada de lo que fue, solo veo que no estás. Me recreo en buscar, buscarte, me imagino o fantaseo que te levantaste por cualquier motivo que invento, y espero, espero tu vuelta en cualquier momento. Y me giro, toco tu hueco, ese hundimiento que te acoge en tu sueño, y caigo, vuelvo a equivocarme, ya no acoge tu dormir, desde hace tiempo estás desaparecido, pero a veces no lo tengo asumido. Y me vienes a la mente y te creo conmigo, y te miro sin sentido, no hay nada que mirar no te voy a encontrar, pero sin quererlo insisto. Hace tiempo que lo sé, y me lo repito, pero casi todas las mañanas me pasa lo mismo, me quedo aturdida y por un instante, abstraída, ensoñando como sería el despertar de este día, si tú otra vez, me lo alegrarías, como antes, tantas veces. Y quiero que te aparezcas y visualizar aquellos días de dulzuras, de juegos y risas, pero no lo consigo ver, se ha borrado tu cuerpo de mi cama y muchas cosas con él, y me pone triste que no pueda sentir otra vez ni siquiera dentro de mi cabeza, lo vivido junto a ti. Es como si todo lo que va unido a tu imagen se haya difuminado o embarrado de tal manera que no lo reconozco, y si aparece no me parece aquello que fue, si no que creo que mezclo las historias y te atribuyo lo que no es y en cambio no consigo atribuirte lo que compartimos. Tu hueco frío, nadie lo ha calentado desde tu partida, lo miro, y lo remiro, y la angustia primera se pasa, dos segundos de tristeza cada mañana, saltan las lágrimas y las trago y me digo “ya pasó”, pero cada amanecer vuelve a suceder. Respiro hondo, muy profundo, cierro los ojos, los abro otra vez, pero todo sigue igual, el silencio atruena por toda la habitación y me hace daño a los oídos. Busco en mi mente qué sonidos nos hubiesen acompañado en el despertar y no los encuentro, ni encuentro las palabras que me decías y me dirías ahora aquí al lado de mi cuerpo, qué susurros eran aquellos que ya no recuerdo, y no hace tanto que fueron, y te maldigo por llevarte todo ello con tu cuerpo. El silencio que no se trunca, hace caer más lágrimas sobre mis manos, que intentan consolar todo este desánimo, este ritual de miedos y preguntas, de alboradas que asustan. Miro el hueco, aún hundido, o es mi invención que lo cree hundido, y me sigo engañando para no sentir el daño, saber que ya no estarás no lo quiero aceptar, y me hurgo dentro para sacarte poco a poco pero ni así puedo, y no sé porqué no te saco de adentro, y me confundo, ¿quiero o no quiero?, e intento corregirme y decir que ya nunca estarás en ese hueco, y tiemblo con la soledad del amanecer, en el que no sé lo que siento, si rabia, odio, amor, tristeza o miedo, no sé qué me pasa, pero sé que te echo de menos.
. *Zahara nos acompaña el texto con su música sosegada, tranquila y desgarrada de ausencias y huecos vacíos en las madrugadas.
«Con las ganas» «Sin haber venido«
. **NA: Publicado originalmente el 5 de Marzo de 2012. Hoy recibe una nueva oportunidad.
Borgeano dijo:
No es habitual que uses el punto de vista de una mujer ¿no? Al menos no recuerdo muchos textos así.
Y bueno, hay que desearle buenos futuros a la muchacha, que todo mal termina, tarde o temprano.
Un abrazo.
albertodieguez dijo:
Tengo unos cuantos publicados con voz de mujer, hasta llegaron a granjearse alguna buena crítica por parte de lectoras, 🙂
Como sigo republicando irán saliendo de nuevo a la luz.
Un abrazo.
Borgeano dijo:
Bien, seguiremos pendientes de ellos. ¡Espero que no deba ponerme una falda para leerlos!
albertodieguez dijo:
Ja, ja, solo si te apetece llevarla, en este sitio no hay normas de vestimenta 😄
Macondo dijo:
Son como las cinco horas con Mario, pero cinco minutos.
Qué bien relatado.
Un abrazo.
albertodieguez dijo:
Gracias, Chema.
Cinco horas con Mario son palabras mayores… 🙂
Un abrazo.
Mi Álter Ego dijo:
Recuerdo esa sensación. Espero no volver a sentirla.
Besotes!!!
albertodieguez dijo:
Yo también espero que no vuelvas a sufrirlo. 🙂
Besos!
La Betty dijo:
Estuve ahí y pasé por los mismos sentimientos. Gracias por ponerlos en palabras!
albertodieguez dijo:
Gracias a ti por venir a leerlas.