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Me enamoré con sus comentarios,

con sus idas y venidas, sus visitas inesperadas,

y con las que por no llegar insomne me dejaban,

con sus besos y sus abrazos,

con sus versos, sus cuentitos y sus regalos.

Me enamoré sin verla, sin sentir sus dulces labios,

sin saber si tenía pelo lacio o rizado,

largo o “agarçonado”,

sin ver su falda corta ni la altura de sus zapatos,

eso no me importa, me enamoré como un payaso.

El silencio del punto suspensivo, el suspiro imaginado,

me hicieron el mayor de los enamorados.

Me enamore del aire que respiraba

que a veces pensé lejano y otras cercano,

sentí como brisa el bisbiseo de mis propios labios.

Me enamoré de su susurro tecleado,

de su risas tontas y de su talento afinado,

me enamoré de ella,

me enamoré de unos ojos que creí enamorados.

Me enamoré

Me enamoré

Me enamoré

De ella, de aquella, y de otra,

de cientos, de miles, de todas,

y por ninguna refrendado.

Me enamoré en un pantallazo,

incluso de alguno me enamoré,

por mero promiscuo deseo de amar cualquier comentario.

 

 

.     *Como a los chicos de Tan Tan Go!, la red embaucó y enamoró al poeta.

«Atrapados en le red«

Tan tan Go - atrapados en la red

 

**NA: Carmen/Gaviota estos días de atrás había hecho una «propuesta/juego» con premio simólico de fondo; el asunto era escribir un relatito corto y el premio un corazón de chocolate. Yo con poco tiempo estás últimas semanas, como para hacer algo decente, no tenía intención de participa, pero ayer Chelo me insitió, -y le agradezco su fe en mi-, para que escribiese algo, y trás decirle que vería que se me ocurría, ¡¡zas!! me vino este texto.

Qué mejor que un «relato-poema-ñoñote-humorístico» para un premio tan dulce.

 

.     **NA: Publicado originalmente el 12 de Diciembre de 2013). Hoy recibe una segunda oportunidad.