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Amaral, Días de verano, El lobo estepario, enamoramientos, La insoportable levedad del ser, Pájaros en la cabeza, Verano
Aquel verano me lo pasé leyendo, todas las mañanas cogía un libro y cruzaba mi calle, luego cuesta abajo descendía unos metros para sentarme en el escalón del portal de Pedrito, el único piso del barrio, lo demás eran casas bajas, tipo pueblo. Ese verano leí “El lobo estepario” y “La insoportable levedad del ser”, todo su existencialismo me acompañó durante esos días, y creo que para el resto de mis días. En aquel verano creía estar enamorado de mi vecina, había pasado todo el invierno junto a ella bajo el frío de las tardes sentados en mi puerta y al anochecer ella hacía que metiese mis manos en sus bolsillos traseros para evitar el frío en ellas, mis manos, y supongo por su placer de sentir unas manos en esas partes prohibidas en esa época, aquello para mí era el mayor síntoma que había algo más entre los dos, aunque yo realmente me alejase de esa idea porque ella no me terminaba de gustar, siempre hay otras antes que las que nos muestran su interés, además yo era quizás muy infantil todavía, y de repente al finalizar ese invierno el que a mí me parecía patito feo, se había convertido en un cisne, de una niña con incipiente cuerpo de mujer pasó a ser una mujer rotunda, y yo seguía con mi cuerpo de niño que no acababa de crecer. Acabó el invierno y empezó la primavera y dejó de venir a pasar las tardes conmigo y empecé a echarla en falta y llegó el verano y comencé a hacer guardia sentado en un escalón, cerca de su puerta, que ya nunca se abrió para mí, y yo seguí leyendo.
. *Amaral nos trae ese verano que ya no volverá…
. **NA: Publicado originalmente el 18 de Enero de 2012. Hoy recibe una segunda oportunidad.
Una preciosa historia de aquel verano de fascinante recuerdo.
Gracias Chelo.
Ay!! Los veranos…
Besos.
Algunos dejan huella, verdad?
Besos de invierno, aunque cálidos.
Muy bonito recuerdo, genial post. Besos de fin de semana!!!
Gracias, Silvia.
Feliz fin de semana.
Besos.
Enamoramientos desacompasados u oportunidades que no se valoran hasta que han dejado de existir.
Un abrazo.
A veces, uno se enamora o cree enamorarse cuando ve la pérdida.
Un abrazo.
Vaya, qué tristeza el primer desengaño… Besotes!!!
En esos momentos puede que me produjera tristeza, pero creo que realmente lo que hizo es forjar y afianzar ciertos pensamientos para el futuro, además no era la primera vez, fui algo precoz en esto del enamoramiento… 🙂
Besos, Alter.
“No terminaba de gustarme”; pero las manos no las quitabas de allí ¿no? Conozco la historia. Hay fríos que ameritan ciertos esfuerzos. Es una pena que no haya vuelto a aparecer, porque la historia hubiese sido bastante interesante, creo (al menos conociendo al autor). De todos modos, que te haya quedado la lectura no está nada mal.
Un abrazo.
Ja, ja, así somos… no podemos evitar el acto inmediato e irrefrenable aunque esté alejado del sentimiento racional y sentimental.
Paciencia, guardar la calma en la espera y placer con la lectura es lo que me quedó de aquellos años infantiles como buen legado. 🙂
Un abrazo.
Recuerdos imborrables, que en la distancia vemos cómo espectadores de alguien que surgía en un mundo que le era entonces casi desconocido. Me encantó tu texto💟
Gracias, Carmen.
Todo era aprendizaje e iniciación, todo era nuevo.
Besos.
Sí. Besos